Por Pablo A Bevilacqua
Si hiciéramos una relectura de los titulares de periódicos de los últimos 30 años nos encontraríamos con los mismos reclamos desde las Empresas hacia los Gobiernos: reglas comerciales claras, sistemas impositivos estables, esfuerzo en la gestión para la estabilidad monetaria, el respeto a la Constitución y la normativa, entre otros tantos temas.
También no podemos dejar de ocuparnos por las fracturas sociales y la inestabilidad entre naciones que difícilmente sean superadas en el próximo decenio.
Pese a no encontrar un cambio significativo no hemos abandonado la convicción que podemos ser agentes de transformación y desarrollo. Muestra de ello es la pandemia –que frenó al planeta y aún muestra sus efectos – que estamos superando con nuestra capacidad de resiliencia.
Sin duda, la incertidumbre nos trae temores y nos plantea enfrentar decisiones de las cuales sus resultados pueden ser inesperados. Aun así, somos capaces de proyectar certeza en nuestros negocios.
Tanto nosotros como nuestros clientes estamos expuestos al mismo hábitat y al mismo desafío al adentrarnos en el S XXI – el siglo del cambio y de las transformaciones – asumiendo riesgos y problemas a las que debemos ofrecer soluciones. Desde nuestro lado esa tarea se traduce en el cálculo de tasas de prima, políticas de subscripción y alcances de coberturas.
En estas condiciones me pregunto: ¿Cómo construir juntos una alianza donde nuestros clientes inviertan y nosotros proporcionemos el respaldo a sus inversiones?
Así es que, ellos esperan que estemos a su lado siendo capaces de desarrollar coberturas que adapten sus alcances con rapidez y actúen con efectividad. Por ello, necesitan de nosotros más allá de estar presentes en Internet o en los celulares.
Las nuevas PyMEs están desafiando los límites tradicionales, han perdido el miedo a cruzar fronteras para desarrollar sus negocios. Esa infraestructura que damos en llamar “nubes” se está convirtiendo en el sistema neuronal de los negocios, permitiendo gestionar desde cualquier lugar del mundo.
Si damos un breve recorrido veremos a los nuevos emprendimientos siendo parte de una cadena de servicios o producción; constituirse en formas societarias variadas; su personal opera desde una sola unidad administrativa en relación de dependencia con diferentes sociedades -sin integrar un grupo comercial-; se incorporan profesionales contratados en distintas locaciones de nuestro planeta; se opera bajo diferentes legislaciones; se obtienen sus recursos y entregan sus resultados desde y a cualquier lugar del planeta.
¡Esto es maravilloso!, no hay duda. Aunque esta nueva forma de desarrollar negocios trae consigo nuevos riesgos y problemas. Entonces, si nuestro trabajo es ofrecer la respuesta a la pregunta: ¿Cuáles son sus riesgos?, nos enfrentamos a buscar nuevas respuestas, por consiguiente, ¿qué les estamos ofreciendo hoy?.
Una PyME que produce máquinas en la Argentina recibe sus partes desde 5 países diferentes de tres continentes; y las partes de esas partes son producidas en otras tantas locaciones. Además, debemos considerar que sus clientes pueden requerir trazabilidad de las partes y que cumplan con determinadas leyes de jurisdicciones distintas a la de la PyME.
La distancia ha dejado de ser un factor negativo en los negocios, como si pudiéramos estar presentes en cualquier lugar. Muchos de nosotros trabajamos desde nuestras casas o desde locaciones distintas, sin que nadie perciba nuestra ubicación real. También ofrecemos nuestros servicios sin vínculos de relación de dependencia a Empresas con las que mantenemos injerencias directivas.
La pregunta “¿Qué les estamos ofreciendo hoy?” nos conmina revisar qué herramientas ofrecemos a nuestros clientes para que protejan sus Activos. Aquellos conceptos con los que desarrollamos pólizas con las que venimos dando respuesta desde hace 40 años han sido superados por un mundo que ha definido lo virtual como un hábitat y por consiguiente un Activo principal.
Jamás hubiéramos proyectado hace 30 años que dedicaríamos horas de estudio a cuestiones de Ciberdefensa y contrataríamos consultorías y “armas” para protegernos en un “planeta” virtual.
Entonces, ¿Cómo construir juntos una alianza donde nuestros clientes inviertan y nosotros les demos respaldo?, y si nuestro trabajo es ofrecer la respuesta a la pregunta: ¿Cuáles son sus riesgos?, necesitaríamos estar evaluando qué deberíamos estar ofreciendo hoy.
Pablo Bevilacqua es Asesor de Riesgos. Socio en BMYA ASESORES SRL. Asesor de CONICET y su Red Nacional de Institutos científicos. https://nuevosgestos.blogspot.com/ (Diciembre 2022)