¿Prisioneros del legacy?

Por Pablo Ruíz Diez del Corral

Las aseguradoras se enfrentan al viejo reto de renovarse o morir para satisfacer las necesidades cada vez más específicas de sus clientes y seguir siendo competitivas. Uno de los pilares de esta actualización es la arquitectura de los sistemas informáticos, verdadero caballo de batalla, que pueden aportar indudables ventajas competitivas…o todo lo contrario.

En este capítulo se incluyen un conjunto de estructuras y componentes informáticos que no sólo determinan el funcionamiento corriente de los sistemas, sino que también influyen en la capacidad de adaptación a los cambios en tecnología y/o negocio. Desempeñan un papel crucial tanto tanto en la prestación de servicios como en la gestión de riesgos. Muchas veces de manera sorda, soterrada, pero siendo la columna vertebral del funcionamiento del complejo engranaje de una compañía de seguros.

Hablar de sistemas legacy suele asociarse a tecnologías antiguas, obsoletas, costosas de mantener. Presentan debilidades en el contexto de la transformación tecnológica:

  • Falta de agilidad – Los sistemas heredados suelen ser poco flexibles y, por lo general, no están preparados para hacer frente a los rápidos cambios asociados a las necesidades acuciantes de negocio. Además, dan muy poca autonomía a los usuarios en la configuración de productos y reglas de negocio, impactando negativamente en el time to market.
  • Complejidad en integraciones – Actualmente, en el contexto de la innovación tecnológica, se demandan soluciones plenamente orientadas a APIs y Webservices, las cuales reducen la dependencia de integraciones punto a punto y facilitan la interoperabilidad entre sistemas. La digitalización impone la necesidad de romper silos entre sistemas.
  • Costes de mantenimiento – El mantenimiento de los sistemas heredados puede resultar caro y consumir tiempo y recursos (escasos, además) que podrían destinarse a innovación. En el caso del core, resulta extremadamente difícil y costoso asegurar además la constante adaptación de los mismos a los nuevos requerimientos (normativos, de mercado, etc.) garantizando a la vez integridad de los datos.
  • Ciberamenazas – La vulnerabilidad de sistemas antiguos, con numerosas capas de actualización, suele ser más alta porque la gestión de los mismos se complica extraordinariamente. Las arquitecturas más modernas cuentan con soluciones de autenticación y seguridad más robustas frente a potenciales ciberataques.
  • Retraso adopción GenAI – La GenAI puede crear grandes retos y oportunidades para el sector en todo el ciclo de vida de la póliza. Pero su explotación en casos de uso reales vendrá fuertemente determinado por la adecuación de una infraestructura de datos y sistemas que actúe como facilitador y no como elemento bloqueante.

En este contexto, las aseguradoras pueden:

  1. “Seguir tirando”: Esta frase se escucha con demasiada frecuencia. El barco sigue navegando y aunque haya vías de agua se procede a tareas de achique.
  2. Enfoque incremental: Se afronta la modernización desde una perspectiva gradual, empezando por aquellos sistemas y aplicaciones que presenten el menor riesgo operativo y aporten mayor ganancia en negocio. Normalmente apoyándose en recursos internos para garantizar el máximo control del proceso.
  3. Asociación estratégica: A través de estos acuerdos con proveedores especializados de tecnología se deja en manos de éstos la provisión de soluciones adaptadas que liberen recursos internos y garanticen continuidad y evolución en el tiempo.

Es comprensible el vértigo que supone para muchas compañías asomarse a la ventana de una renovación tecnológica de gran calado porque sabemos que suele implicar en el corto plazo un esfuerzo muy grande, tanto en recursos económicos como en los trastornos a los usuarios en la gestión del cambio. Por esto mismo, en muchas ocasiones, este tipo de decisiones se suelen aplazar con patadas hacia delante.

En estas situaciones es cuando la organización precisa de verdaderos líderes “transformacionales”, que ven más allá del problema de mañana o pasado mañana sino de la oportunidad (en algunos casos la misma supervivencia) que se presenta en el medio-largo plazo.

Fuente: Pablo Ruiz Diez del Corral, Dirección CLEVA – España/Latam. Colaboración para Füture. Blog de Innovación para el sector asegurador (18 junio de 2024)