Las empresas demandan seguros frente a los riesgos de la IA Generativa

Por David Leonor

La irrupción de la Inteligencia Artificial Generativa (Gen AI) está marcando un punto de inflexión en la transformación digital de las empresas. Desde la automatización de procesos hasta la creación de nuevos productos y servicios, esta tecnología promete ganancias en eficiencia, creatividad y competitividad. Sin embargo, como ocurre con toda disrupción tecnológica, junto a las oportunidades emergen riesgos inéditos que desafían los marcos tradicionales de gestión y transferencia del riesgo.

El informe Gen AI Risks for Businesses: Exploring the role for insurance, publicado por la Asociación de Ginebra, ofrece una radiografía detallada de este nuevo escenario. Con base en una encuesta a 600 responsables de seguros corporativos en los seis mayores mercados mundiales —China, Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Francia y Japón—, el estudio combina el análisis académico con la visión de aseguradoras, reaseguradoras y empresas usuarias. Sus conclusiones no dejan lugar a dudas: la Gen AI ya es parte de la realidad empresarial y exige respuestas inmediatas tanto desde la gestión interna del riesgo como desde el sector asegurador.

Adopción rápida y desigual de la Gen AI

La encuesta revela que el 71% de las empresas encuestadas ha incorporado alguna aplicación de Gen AI en sus operaciones, un salto significativo respecto al 33% registrado en 2023. Su uso es particularmente intenso en Estados Unidos y China, donde la cultura de innovación, la disponibilidad de talento digital y la menor aversión a la incertidumbre facilitan la integración de estas herramientas. En contraste, mercados como Alemania, Francia y Japón avanzan a un ritmo más lento, condicionados por barreras regulatorias, culturales y de confianza en la tecnología.

Las aplicaciones de la Gen AI en los negocios son múltiples: generación de informes internos, creación de contenidos personalizados de marketing, soporte al cliente, análisis predictivo, desarrollo de productos y hasta ciberseguridad. En todos los casos, la promesa es la misma: reducir costes, aumentar la productividad y acelerar la innovación. Pero la experiencia también está dejando claro que los beneficios conviven con problemas recurrentes: salidas de información inexactas o engañosas, fallos de integración con sistemas existentes, respuestas inconsistentes, sesgos en los resultados o incluso vulneraciones de derechos de autor.

Un mapa de riesgos ampliado

La Geneva Association clasifica los riesgos asociados a la Gen AI en siete grandes dominios: operativos, de ciberseguridad y privacidad, éticos, regulatorios, reputacionales, laborales y de sostenibilidad (ESG). A diferencia de la IA tradicional, centrada en el análisis de datos estructurados, la Gen AI genera contenido nuevo y autónomo, lo que introduce incertidumbres y responsabilidades adicionales.

Los riesgos más citados por las empresas encuestadas son los ciberataques vinculados a vulnerabilidades en modelos generativos, los daños a terceros (clientes o proveedores) y las disrupciones operativas. Destaca también el riesgo de “alucinaciones”, es decir, respuestas incorrectas pero plausibles que pueden desencadenar decisiones erróneas. A ello se suman la posibilidad de infracciones de propiedad intelectual, la amplificación de sesgos y la generación de información engañosa o dañina para la reputación de la empresa.

Paradójicamente, el riesgo reputacional —que puede tener efectos devastadores a largo plazo— aparece relegado a un segundo plano en las prioridades empresariales. Esto sugiere una visión todavía cortoplacista en la gestión del riesgo de Gen AI, centrada en los impactos financieros inmediatos.

Barreras para una implantación segura

La integración de Gen AI enfrenta obstáculos significativos. A nivel global, las empresas señalan como principales retos la escasez de profesionales especializados, la calidad deficiente de los datos y las dificultades para elegir el socio tecnológico adecuado. En Europa, además, pesa la resistencia interna de empleados y directivos, preocupados por el impacto en el empleo y la falta de confianza en la fiabilidad de la tecnología.

En cambio, en Asia y Estados Unidos la disposición a adoptar Gen AI es mayor, pero se enfrenta al problema inverso: la falta de talento suficiente para cubrir la creciente demanda. Este desequilibrio pone de relieve que la gestión del riesgo no se limita al ámbito tecnológico, sino que también involucra factores culturales, organizativos y de capital humano.

Demanda creciente de seguros frente a riesgos de Gen AI

El hallazgo más llamativo del informe es la fuerte demanda de soluciones aseguradoras específicas. Más del 90% de las empresas encuestadas considera necesaria una cobertura frente a riesgos de Gen AI, y dos tercios estarían dispuestos a pagar al menos un 10% más en primas por disponer de ella. La disposición a pagar es mayor en empresas medianas y grandes, así como en los sectores tecnológico y financiero, donde la exposición es más alta.

La preferencia actual se inclina hacia extender pólizas existentes de ciberseguro y responsabilidad civil para incluir riesgos de Gen AI. Sin embargo, más del 40% de los encuestados también ve valor en desarrollar seguros autónomos específicos para IA, lo que sugiere un mercado en formación y una oportunidad para la innovación en productos.

En términos geográficos, Estados Unidos y China lideran tanto en adopción como en apetito asegurador. Europa, en cambio, muestra menor urgencia, aunque la progresiva entrada en vigor de marcos regulatorios como la AI Act de la Unión Europea podría actuar como catalizador para incrementar la demanda de seguros.

Desafíos de asegurabilidad

Desde el punto de vista de la oferta, la Gen AI plantea importantes desafíos de asegurabilidad. Utilizando el marco clásico de Berliner, el informe identifica obstáculos en casi todos los criterios clave:

  • Aleatoriedad y frecuencia de pérdidas: los fallos de Gen AI no siguen patrones predecibles, lo que complica el cálculo actuarial.
  • Magnitud potencial de las pérdidas: incidentes graves, como errores en sistemas sanitarios o financieros, pueden tener efectos sistémicos.
  • Asimetría de información: las aseguradoras tienen dificultades para verificar cómo las empresas gestionan la seguridad de sus modelos, lo que aumenta el riesgo de selección adversa.
  • Aceptación social y legalidad: el uso indebido de datos, la discriminación algorítmica o la generación de contenidos dañinos pueden entrar en conflicto con normas sociales y regulatorias.

En consecuencia, las aseguradoras tienden a limitar los importes asegurados y a cargar primas elevadas, lo que puede dejar fuera de cobertura a las pymes o a sectores especialmente dependientes de la Gen AI. Este escenario recuerda a los inicios del ciberseguro, cuando la falta de datos y el desconocimiento del riesgo frenaban el desarrollo del mercado.

Respuestas emergentes del sector asegurador

Pese a las dificultades, ya se observan innovaciones. Algunas aseguradoras están incorporando cláusulas específicas de Gen AI en pólizas de ciber y de responsabilidad. Otras exploran el uso de triggers paramétricos y protocolos de diligencia debida para agilizar la suscripción y el pago de siniestros. Además, comienzan a aparecer pólizas integrales que combinan coberturas de ciber, responsabilidad civil y riesgos operativos vinculados a IA.

El informe subraya que la colaboración será esencial: aseguradoras, proveedores tecnológicos y reguladores deben co-crear marcos de evaluación de riesgos y sistemas de monitorización continua que permitan reducir la incertidumbre y mejorar la insurabilidad. Herramientas como la simulación basada en escenarios y la generación de datos sintéticos pueden ayudar a suplir la falta de series históricas.

Más allá del seguro: el papel del sector en la adopción responsable

La Geneva Association concluye que el seguro no solo debe cubrir pérdidas, sino también actuar como catalizador de confianza en la adopción de la Gen AI. Al exigir buenas prácticas de gobernanza, auditorías de modelos y cumplimiento ético como condición para asegurar, las aseguradoras pueden contribuir a un ecosistema de uso más seguro y sostenible.

En definitiva, la Gen AI inaugura una nueva era de riesgos cuya magnitud y características aún están por definirse. El informe advierte que esperar a grandes siniestros para reaccionar sería un error. El sector asegurador tiene la oportunidad —y la responsabilidad— de anticiparse, desarrollar soluciones modulares y adaptativas, y acompañar a las empresas en la gestión de esta disrupción tecnológica.

La historia reciente del ciberseguro demuestra que, aunque los retos iniciales sean enormes, la innovación y la cooperación pueden consolidar un mercado robusto. La Gen AI plantea un desafío similar, pero también ofrece la posibilidad de que el seguro se sitúe en el centro de la confianza digital, ayudando a las empresas a aprovechar las oportunidades de la inteligencia artificial sin quedar expuestas a sus riesgos más críticos.

Fuente: Por David Leonor para Füture. Blog de innovación para el sector asegurador (octubre 3 de 2025)