La era de la IA agéntica: una oportunidad de 450.000 millones de dólares

Por David Leonor

La inteligencia artificial (IA) agéntica, definida como aquella que permite a sistemas autónomos actuar como agentes independientes para ejecutar tareas complejas, está en el umbral de una transformación empresarial sin precedentes, según el último informe del Instituto de Investigación de Capgemini.

Titulado ‘El auge de la IA agéntica: por qué la confianza es clave para la colaboración entre humanos e IA’, el informe señala que esta tecnología podría generar hasta 450.000 millones de dólares en valor económico para 2028. Sin embargo, su adopción a gran escala aún se enfrenta a importantes barreras relacionadas con la confianza, la preparación organizativa y los desafíos éticos.

Potencial económico inmenso, adopción todavía limitada

A pesar del gran entusiasmo, solo el 2% de las organizaciones ha logrado implementar la IA agéntica a escala completa. Un dato que contrasta con el hecho de que casi todos los líderes empresariales (93%) creen que ampliar el uso de estos sistemas en los próximos 12 meses supondría una ventaja competitiva. El informe destaca que la mayoría de las empresas aún se encuentra en etapas iniciales: mientras un 24% ha iniciado proyectos piloto y un 14% ha comenzado con la implementación, muchas siguen sin una estrategia definida.

El potencial económico es claro: se estima que aquellas organizaciones que logren una adopción a gran escala podrían generar hasta 382 millones de dólares en ingresos adicionales y ahorro de costes en los próximos tres años, mientras que las que se mantengan en niveles iniciales obtendrían solo alrededor de 76 millones.

Desconfianza creciente: un obstáculo a superar

Una de las principales conclusiones del informe es la creciente brecha de confianza en los sistemas de IA autónomos. En solo un año, la confianza en los agentes de IA totalmente autónomos ha caído del 43% al 27%. Las preocupaciones éticas, como la privacidad de los datos, el sesgo algorítmico y la falta de explicabilidad, alimentan esta desconfianza. De hecho, casi el 40% de los ejecutivos considera que los riesgos de adoptar estos agentes superan sus beneficios, y solo el 40% confía en que estos sistemas puedan gestionar procesos de forma autónoma.

Sin embargo, la confianza mejora entre las organizaciones que ya han iniciado la implementación. El 47% de estas empresas presenta un nivel de confianza superior al promedio, frente al 37% entre las que aún están en fase de exploración. Esto sugiere que la experiencia práctica puede ayudar a superar reticencias iniciales.

Para Capgemini, la solución pasa por priorizar la transparencia, clarificar cómo los agentes toman decisiones y establecer salvaguardas éticas desde el diseño. “La confianza y la supervisión humana son factores críticos para aprovechar el potencial de la IA agéntica”, afirma el informe.

IA como compañera de equipo, no como herramienta

Lejos de verse como simples asistentes automatizados, los agentes de IA están evolucionando hacia una figura más integrada en la estructura empresarial. Más del 60% de las organizaciones espera conformar equipos híbridos humano-agente en el próximo año, en los que la IA actúe como colaborador activo.

Este modelo de colaboración es clave para desbloquear los beneficios más significativos. Las empresas que adoptan esta aproximación prevén un aumento del 65% en la dedicación de los empleados a tareas de alto valor, un incremento del 53% en la creatividad y una mejora del 49% en la satisfacción laboral. Además, el 90% de los encuestados considera que la participación humana en flujos de trabajo impulsados por IA es positiva o neutra desde el punto de vista de los costes.

“Los agentes de IA aportan más valor cuando los humanos se mantienen activamente involucrados”, destaca Franck Greverie, Chief Portfolio & Technology Officer de Capgemini. “El éxito no solo depende de la tecnología, sino de una transformación estratégica centrada en las personas, los procesos y la cultura organizativa”.

Preparación: la gran tarea pendiente

Uno de los principales retos que enfrentan las organizaciones es la falta de preparación para desplegar la IA agéntica a gran escala. El 80% carece de una infraestructura tecnológica madura, y menos del 20% muestra niveles adecuados de preparación en el uso de datos. A pesar de que la privacidad es la principal preocupación para el 51% de las empresas, solo el 34% está tomando medidas concretas para abordarla.

Otro dato preocupante es que la mitad de los líderes empresariales admite no entender del todo las capacidades de los agentes de IA, y aún menos saben identificar claramente en qué áreas superan a la automatización tradicional. Esta falta de conocimiento es una barrera tanto para la adopción como para el diseño de estrategias eficaces.

Para superar estas limitaciones, el informe recomienda que las organizaciones vayan más allá del entusiasmo inicial. Esto implica rediseñar procesos, reinventar modelos de negocio y transformar la estructura organizativa para crear las condiciones adecuadas de colaboración humano-IA.

Casos de uso más frecuentes y expectativas futuras

Actualmente, la mayor parte de los agentes de IA funcionan como asistentes basados en reglas o copilotos, apoyando tareas rutinarias. Solo el 15% de los procesos empresariales opera con algún grado de autonomía parcial o total, aunque se espera que esta cifra suba al 25% para 2028.

En el corto plazo, los principales casos de uso se concentran en atención al cliente, tecnología de la información (TI) y ventas. A medio plazo, se prevé una expansión hacia áreas como operaciones, investigación y desarrollo (I+D) y marketing. La evolución hacia niveles más altos de autonomía dependerá, en gran parte, del grado de confianza que logren generar los sistemas y de la madurez tecnológica de las organizaciones.

Un cambio de mentalidad imprescindible

Uno de los mensajes clave del informe es que adoptar IA agéntica con éxito exige un cambio de mentalidad. Ya no se trata solo de automatizar tareas, sino de repensar cómo se organiza el trabajo y cómo interactúan las personas con la tecnología. Para ello, es esencial involucrar a todos los niveles de la organización y garantizar que los principios éticos y de seguridad estén incorporados desde el inicio del diseño.

Capgemini subraya que las empresas deben rediseñar sus estructuras para facilitar la colaboración humano-IA, y promover entornos donde los agentes de IA potencien, en lugar de sustituir, el juicio humano.

Fuente: David Leonor para Füture. Blog de innovación para el sector asegurador (21 julio de 2025)