“Tenemos expectativa que de la mano de una reactivación de la economía podamos empezar a vender más y así volver a expandir el negocio”, aseguró Gonzalo Santos Mendiola, presidente de la Asociación Argentina de Compañías de Seguros y CEO de SURA, durante el reportaje realizado por Marcelo Bonelli en Radio Mitre.
«La industria del seguro acusa no solo el impacto de la crisis y la caída de la actividad económica sino también los vaivenes y la incertidumbre financiera previos a un proceso de reestructuración de deuda, como el que atraviesa la Argentina», profundizó el titular de la AACS.
A continuación reproducimos algunos conceptos del diálogo que mantuvo durante la entrevista:
– La situación actual se mantendrá durante 2020, en parte, impulsada por la baja en la venta de automóviles, que, si bien ha venido desacelerándose, se agravará por el nuevo impuesto a los autos y en parte, por la caída de las inversiones.
Sin duda, la presión impositiva adicional nos hará seguir compitiendo por los recursos financieros de los consumidores, los cuales deben afrontar primero los gastos obligatorios como impuestos y servicios públicos, como así también los bienes de primera necesidad: alimentos, vivienda, impuestos, salud, educación, etc.
Esto implica que los consumidores tienen menos margen para proteger sus activos. Por ello, somos totalmente conscientes de que las aseguradoras no solo competimos entre nosotras sino también con los gastos anteriormente mencionados.
-A la presión que surge por la caída de la actividad económica hay que sumarle el problema de la solvencia y de la liquidez que está teniendo la industria como consecuencia de la caída de los precios de los títulos públicos. Esta pérdida no está reflejada en los balances de las aseguradoras ya que el regulador permitió mantener dichos balances a valores previos a las PASO. Sin embargo, en la medida que las aseguradoras tengan que abonar siniestros, deberán vender estos títulos y reconocer la pérdida en cada pago.
– Gran parte de las inversiones que tienen las aseguradoras son para cubrir sus pasivos judiciales. Estas inversiones están colocadas, principalmente, en títulos públicos de deuda ya que, al no haber un mercado de capitales desarrollado, hay pocos instrumentos financieros que el regulador apruebe y que tengan -en duración y tasa- algo similar a las que desarrollan los pasivos de las aseguradoras.
– La caída del valor de los títulos y el reperfilamiento de la deuda está afectando, en primer lugar, a la solvencia y, en segundo lugar, a la liquidez del mercado asegurador.
Hacia adelante, esta situación se agrava como consecuencia de los incentivos que está poniendo el gobierno para reactivar la economía y que inevitablemente implican tasas de interés negativas durante este año. Esto impacta muy fuertemente en los resultados de las aseguradoras, ya que sus pasivos judiciales seguirán evolucionando a tasas reales positivas, mientras que sus activos financieros correspondientes a esos pasivos evolucionarán a tasas negativas.
Al menos por el momento, no contamos con instrumentos financieros que puedan evolucionar a las mismas tasas que los pasivos, generando mayor presión a los resultados de las aseguradoras.
– Uno de los obstáculos para la expansión y crecimiento del negocio, adicionalmente a la falta de relevancia que tiene la propuesta de valor para los consumidores, es la ineficiencia que tiene la industria aseguradora.
Hoy en día, la industria invierte más del 50% de las primas que abonan las mutualidades aseguradas en administrar y distribuir sus productos. Esto es algo que definitivamente la industria aseguradora tiene que mejorar y continuar trabajando para ayudar a eficientizar los procesos de sus intermediarios (los productores asesores de seguros). La transformación digital es una necesidad muy grande en la industria para mejorar sus modelos operativos, poder ser más eficientes y mejorar las experiencias de los clientes.
– En el corto plazo, entendemos que la situación continuará complicada. Pero tenemos la expectativa que de la mano de una reactivación de la economía podamos empezar a vender más y así volver a expandir el negocio -al menos siguiendo la inflación- y también esperamos una negociación favorable de la deuda para no tener un impacto tan negativo.
– En el mediano plazo, esperamos que la propuesta de valor y la eficiencia de la industria mejoren, pero esto dependerá de la capacidad que tengan las compañías para transformar el modelo de negocio y el modelo operativo, logrando ser más relevantes para clientes y consumidores.
Fuente: Radio Mitre - Marcelo Bonelli (29 de enero de 2020)