La justificación del fraude a las compañías de seguros

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El “3er Barómetro del Fraude en el Seguro de Autos” realizado en España genera interesantes conclusiones, donde cerca de nueve millones de españoles justifican el fraude a las compañías aseguradoras.

Un hombre joven, menor de 26 años, con un empleo precario o desempleado es el perfil del defraudador a las compañías de seguro de coche.
A él hay que sumar el del hombre de mediana edad, con estudios superiores y que trabajan por cuenta ajena.

Es una de las conclusiones del “3er Barómetro del Fraude en el Seguro de Autos” en España, y que publica ABC Economía, en el que también se recoge que unos nueve millones de conductores españoles justifican el fraude a las compañías aseguradoras.

En el estudio, realizado por Línea Directa, se detalla
que por norma general los hombres defraudan más que las mujeres, se arrepienten menos de las estafas (63,5% frente al 51,7%) y presumen más de ellas, incluso ante desconocidos.

Mientras, las mujeres fingen más lesiones que los hombres, simulan más gravedad de la real en las mismas (2,6% en los hombres frente al 19,2% de las mujeres) y desconocen más las consecuencias jurídicas del fraude.

En cuanto a las razones para defraudar al seguro, los hombres lo hacen para “tener el coche en perfecto estado” y las mujeres lo justifican por su “tendencia a cuidar de la economía familiar”.

Intentos de estafa

Desde 2009, el fraude al seguro del coche se ha multiplicado por 3,5, según señala el 3er Barómetro del Fraude en el Seguro. De cada 100 siniestros declarados al seguro 6 son intentos de estafa, lo que tiene graves consecuencias para el sector, ya que, sólo en el ramo de autos, el coste global de estas prácticas se estima en unos 1.190 millones de euros anuales, casi un 20% más que en el informe presentado en 2013.

A la vista de estos datos, Francisco Valencia, Director de Gobierno Corporativo de Línea Directa, reclama una mayor concienciación por parte de la sociedad, aunque “comienza a haber algunos síntomas que anuncian una mejora, porque la intención de estafar a las compañías ha descendido a casi la mitad”. Aun así, el 6% del total de los partes declarados siguen siendo un engaño “que nos afecta a todos, por lo que, es muy importante que todos comprendamos que, en este tema, al final pagamos justos por pecadores”. Valencia ha destacado la importancia
de la actuación de “las mafias organizadas, tanto por su peligrosidad social como por el gran coste económico que suponen”.

Así son los fraudes

Según el estudio, el 94,5% de los intentos de fraude son relativos a los daños materiales y el 4,5%, a las lesiones, aunque el importe medio de estos últimos multiplica por 30 al de los primeros.

Por tipo de estafa, los daños ajenos al siniestro siguen siendo la tipología más habitual en los fraudes materiales, ya que está presente en 3 de cada 4 casos. Le siguen, a más distancia, los montajes preparados con antelación en los que intervienen varias personas (12%), los fraudes por presupuestos inflados (7%), las averías declaradas como siniestros (1,5%) y los falsos hurtos (1%). En cuanto a las lesiones, sólo un 2% son por enfermedad o lesión anterior al accidente, siendo el resto (98%) simulaciones o falsos agravamientos de un daño real, con el esguince cervical como caso más frecuente.

Respecto a la época del año, la época previa a las vacaciones (mayo, junio y julio) y el mes de enero son los que más fraude registran. Por días de la semana, el lunes es el día con más fraudes, con un 19% de los casos, mientras que el fin de semana registra muchos menos fraudes: un 10% el sábado y apenas un 9% el domingo.

Síntomas de mejora

Para completar el alcance de su investigación, Línea Directa ha querido pulsar la opinión y la percepción social de este fenómeno, para lo que ha realizado una encuesta a más de 1.200 conductores de toda la geografía española.

Las conclusiones muestran algunos síntomas de mejora, ya que la intención de cometer el fraude se ha reducido a casi la mitad respecto a hace dos años, lo que podría ser un indicio de cierto retroceso de estas conductas al que asistiríamos en los próximos años.

Aun así, 5,2 millones de automovilistas siguen reconociendo que podrían cometer fraude si supieran que no van a ser descubiertos y 9 millones lo justifican (35%). Asimismo, existe un mayor conocimiento de las consecuencias legales que conllevan estas prácticas, que los encuestados comienzan a asociar a una situación puntual de necesidad y no a un tema cultural.

Por último, la encuesta arroja una conclusión interesante: el 73% de los conductores (el equivalente a 19 millones) afirma que no tendría ningún problema en denunciar a alguien si obtuviera un beneficio económico directo a cambio, una práctica muy habitual en países como Estados Unidos o Reino Unido.