Según la aseguradora crediticia francesa COFACE, los síntomas de una leve recuperación de la economía mundial, evidenciados en el primer trimestre de 2017, mantienen la tendencia en el segundo trimestre. Las buenas noticias no llegan a China y a algunos países emergentes.
Al final del primer trimestre de 2017, nos preguntamos si la tímida recuperación económica mundial era solo una tendencia pasajera. Tres meses después, la recuperación en curso parece ser duradera, dada la reactivación económica en un número considerable de sectores industriales y en Europa, aunque algunos nubarrones en el horizonte, en Estados Unidos y en China, oscurecen el panorama.
En este barómetro se observa que en Estados Unidos, la desaceleración del consumo, los esbozos aún poco claros del estímulo fiscal y el plan de inversiones anunciados por la Casa Blanca, así como la suba de las tasas de interés, son elementos a vigilar. En la Eurozona, las buenas noticias se acumulan: la flexibilización de las condiciones crediticias finalmente impulsa la inversión empresarial; el crecimiento supera las expectativas; la confianza empresarial ha estado en su nivel más alto durante seis años; el apetito del consumidor está en aumento. Con la notable excepción del Reino Unido, estimamos que las insolvencias de las empresas se reducirán en Europa y por lo tanto, mejoramos las calificaciones de España de A3 a A2 y Portugal de A4 a A3.
En Rusia (mejorada de C a B), la recuperación está aumentando, por ejemplo en el sector del automóvil (cuya evaluación está siendo revisada al alza). También es una buena noticia para sus vecinos de la Comunidad de Estados Independientes (CEI). Sin embargo, en algunos países de la región de la CEI todavía hay zonas de grises: el riesgo político sigue siendo elevado y la fragilidad del sector bancario sigue siendo preocupante en países como Kazajstán y Azerbaiyán.
El segundo trimestre marca el final de las buenas noticias para China. En abril y mayo, todos los indicadores parpadean naranja, o incluso rojo, incluyendo la confianza de algunos agentes económicos. En estas condiciones, aumenta el riesgo de insolvencia. Por lo tanto, debemos ser cautelosos y observar de cerca en los próximos meses la evolución de la segunda potencia económica mundial.
Otros ejemplos de la fragilidad de esta recuperación del crecimiento mundial: varios países emergentes se han degradado, especialmente en África (Namibia, Mauricio) y en el Oriente Medio (Qatar, Bahrein).