¿Se imagina a un piloto mandando un `wasap’?

HABLAR POR EL MÓVIL AUMENTA HASTA 10 VECES EL RIESGO DE ACCIDENTE

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Por Anabel Gutiérrez

Periodista, redactora de la revista «Tráfico y Seguridad Vial» en la Dirección General de Tráfico (DGT). España.  Reproducido de la revista Seguridad Vial (N 132. Julio/septiembre 2016)

 

 

 

¿Qué pensaría si descubriera a Fernando Alonso mandando un WhatsApp en plena carrera? Impensable, ¿verdad? Pues es lo que hacemos muchos a menudo, a diario, dentro de nuestros coches, pese a conocer el riesgo que implica para la seguridad vial… El uso del teléfono móvil se ha integrado tanto en nuestras vidas que, sin exagerar, vivimos ‘pegados’ a él. Y cada vez hay más siniestros por distracciones al volante… De hecho, el 24% de los accidentes y del 35% de las muertes se deben a ella.

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El 94% de los conductores reconoce que utilizar el móvil al volante es una práctica peligrosa, según un estudio del RACC. Se trata, además de una infracción grave que conlleva una multa de 200 euros y la retirada de tres puntos del permiso de conducir. Sin embargo, uno de cada cuatro conductores lo consulta mientras conduce.

Y el número de sancionados por esta infracción no se ha reducido. Al contrario: en 2008 fueron casi 160.000 y en 2015 la cifra superó los 190.000. Hablar por el móvil aumenta entre 4 y 9 veces el riesgo de sufrir un accidente de tráfico, es decir, es similar a conducir con una alcoholemia de 1.0 g/l. Si en condiciones normales no se percibe entre un 5-15% de las señales de tráfico, hablando por el móvil se dejan de captar hasta un 50%. Pero hay otro peligro aún mayor: la mensajería instantánea a través de móviles (Whatsapp, Line, Telegram, Facebook Messenger, etc.) multiplica por 23 el riesgo de siniestro.

Atrapar a Pikachu

El fenómeno que mejor ilustra esta dependencia se llama Pokemon GO. EL usuario debe apuntar con la cámara de su móvil a su alrededor hasta localizar y atrapar un pokemon. Para que esto sea posible, los desarrolladores utilizan dos herramientas: realidad aumentada (que vincula el juego con el mundo real) y geolocalización (permita moverse por un espacio real y ver la relación que tiene con el juego). Su éxito ha adquirido proporciones desmesuradas y miles de personas salen a la calle, móvil en mano, para atrapar un pokemón, poniendo en riesgo su seguridad. En dos meses, más de 100 millones de personas de todo el mundo han descargado este juego a sus móviles. En EE.UU se han producido 110.000 accidentes de tráfico causados por conductores y peatones distraídos por el juego. Y las aseguradores están revisando las cláusulas de responsabilidad civil para evaluar hasta qué punto cubren a estos.

Ha llegado a tales extremos que la policía de Bangkok (Tailandia) ha creado un cuerpo especial para vigilar a los peatones que crucen por las calles jugando. El alcalde del municipio francés de Bressolles (de 800 habitantes, cerca de Lyon) ha solicitado a la empresa creadora del juego que su municipio deje de ser un punto de captura por ser un peligro para peatones y conductores.

En España, la Policía Nacional publicó una guía de seguridad en la que, además de dar recomendaciones, recordaba específicamente que “queda absolutamente prohibido atrapar un pokemon mientras conduces o vas en bici”.

Más de 3 horas de conexión

Desde luego hay una realidad indiscutible: el teléfono móvil ha revolucionado nuestra vida. Según el informe Ditrendia de 2016, el número de líneas móviles en España llegó en 2015 a los 50,6 millones. Ya hay más líneas móviles que población. De media un español utiliza si teléfono inteligente 3 horas y 23 minutos diarios. Un 51% para acceder a la mensajería instantánea, un 39% utiliza mapas desde el móvil, un 38% para ver videos y un 25% para jugar. En una encuesta de la Asociación de Víctimas de Accidentes, DIA, el 53% de los conductores afirma utilizarlo de manera esporádica cuando espera una llamada importante o en un semáforo o atasco.

Hoy, las distracciones son ya la causa del 24% de los accidentes de tráfico y responsables del 35% de las víctimas mortales. Si marcamos un número en el móvil, a una velocidad de 120 km/h, la distancia que recorreríamos sin prestar atención a la carretera, sería de 429 metros. Pero escribir un mensaje de texto supone conducir 660 metros ¡a ciegas!

Ya hay un nombre para definir el pánico a estar sin teléfono móvil: nomofobia (abreviatura de la expresión onglesa no-mobile-phone phobia). Esta es, según los expertos, la adicción más frecuente.

¿Mal hábito o adicción?

Francisca López Torrecillas, directora del departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico de la Universidad de Granada, destaca que “los adictos al móvil suelen presentar características comunes, como una baja autoestima, problemas de aceptación con el propio cuerpo y déficit en habilidades sociales y en resolución de conflictos”.

Decir determinadas cosas sin tener que enfrentarse físicamente a los demás, así como la rapidez y su bajo costo, hacen muy atractivo este modo de comunicación. Su uso en sí no es adictivo. Se convierte en una dependencia cuando es excesivo, inadecuado y cuando existe una necesidad patológica de estar pendiente de él.

Un gran problema

Antonio Avenoso, director del European Trnsport Safety Council (ETSC), afirma que, “independientemente de su se trata de un mal uso o hay una adicción detrás de ese comportamiento, lo que tenemos es un gran problema”.

Por su parte, Graham Hole, profesor de psicología de la Universidad de Sussex (Reino Unido), pone como ejemplo los resultados de una de sus investigaciones para explicar el efecto de las distracciones y la conducción.

Los participantes en su experimento debían visualizar pequeños videos con situaciones de tráfico y apretar un pedal de freno cada vez que detectaran una situación de peligro, como un peatón irrumpiendo en la calzada. “Experimentamos con participantes en estado de alerta, algo que no se da en la conducción real -explica el profesor Hole-. Incluso así, estos voluntarios fallaron en uno de los aspectos más importantes de la conducción: la percepción del riesgo”. Si un conductor prevenido puede no percibir un riesgo, podemos hacernos una idea del efecto que tendría en un conductor distraído por su móvil.

Aliados de la conducción

La solución, sin embargo, no pasa por prohibir su uso, sino por convertirlo en un aliado de la conducción. Otro especialista español, Juan Carlos González Luque, asegura que “la tecnología ha de ayudar a la necesaria convivencia entre comunicarnos y desplazarnos, pero los límites solo los podemos poner cada uno de nosotros”.

En esa misma línea, un estudio de la Dirección General de Movilidad y Transporte de la Comisión Europea, elaborado por Frans Tillema, experto holandés en movilidad inteligente, ya que analiza diferentes soluciones, apuesta por los sistemas de detección de distracciones en tiempo real. Se trata de sistemas integrados en el vehículo que intervienen automáticamente en cuanto detectan (a través de cámaras o sensores) un mal comportamiento del conductor. También valoran positivamente las campañas divulgativas de sensibilización y la educación o formación vial.

Oliver Carsten, profesor de seguridad vial en la Universidad británica de Leeds, considera que “la tecnología puede proporcionar la respuesta, sí proporciona los medios para bloquear el riesgo”. Parece que son los coches inteligentes las mejores armas para luchar contra las distracciones al volante.

El 98% de los atropellos causados por peatones fue por el uso del teléfono móvil

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Test:

¿Es adicto?

1 ¿Duerme con el teléfono móvil?

2 ¿Lo utiliza en clase o en el trabajo?

3 ¿Y mientras conduce?

4 ¿Lo primero que hace al levantarse es mirarlo?

5 Si se deja el móvil en casa, ¿regresa a buscarlo?

6 ¿Sus amigos o pareja le han recriminado alguna vez que no les hace caso por estar más pendiente de su móvil?

7 ¿Lo consulta mientras come?

8 ¿Siente cierta intranquilidad cuando no lleva el teléfono consigo?

9 ¿Consulta el móvil por si alguien le ha llamado o escrito aunque no haya sonado?

10 ¿Suele ir chateando por la calle?

11 ¿Sería incapaz de renunciar al móvil?

12 ¿Tiene contraseñas de valor guardadas en su teléfono móvil?

 

A mayor número de respuestas afirmativas, mayor nivel de adicción