Por Future Trends Forum
Es necesario y urgente cambiar nuestros modelos energéticos y productivos para garantizar un futuro sostenible (social, económica y medioambientalmente) para la humanidad. El reto es llegar en 2050 a un mundo Net Zero y para ellos los expertos del Future Trends Forum han examinado las tecnologías e innovaciones más prometedoras para resolver retos específicos, desde la reducción de la huella de carbono hasta las nuevas fuentes de energía, mostrando las ideas clave que acelerarán el camino hacia un mundo NetZero.
Las decisiones y las acciones en el camino de la construcción de un mundo NetZero no son inmediatas ni rápidas, requieren de tiempo. Por ejemplo, la tecnología de las baterías no admite el pensamiento a corto plazo. También se requiere de tiempo cuando los propios investigadores y empresarios que están contribuyendo a la transición energética hablan de invertir, no solo en nuevos materiales y diseños, sino también en la formación de los estudiantes en ciencias básicas.
Para llegar a aplicar los conocimientos matemáticos, físicos o químicos que adquieran esos jóvenes, inevitablemente, deberá transcurrir un tiempo que no son días ni semanas sino años. Hacen falta nuevos materiales para desarrollar baterías revolucionarias que permitan superar las limitaciones de la electrificación del transporte, sin ir más lejos. Hacen falta, algoritmos para que la informática cuántica procese ingentes cantidades de datos que permitan simulaciones y cálculos de las mejores opciones; también para optimizar las conexiones y las acciones a distancia.
En este camino, los asistentes al Future Trends Forum apuntan a otro tipo de crecimiento, que podría hacer realidad la primera escala de este viaje, que consistiría en reducir las emisiones globales en un 50% en esta misma década (lo que permitiría alcanzar el mundo Net Zero en 2050, según Gonzalo Muñoz). La tecnología está al alcance de la mano y lo que falta es voluntad para cumplir los compromisos que se adquieran.
En resumen, los cuatro ámbitos en los que se clasifican las propuestas surgidas del Future Trends Forum para propiciar este cambio de paradigma son: innovación, tecnología, política y economía, y social. Entre las recomendaciones específicas para cada uno de ellos, hemos seleccionado las que podrían componer un decálogo básico de la acción climática:
- Potenciar el desarrollo de la energía sostenible, siendo la energía solar la punta de lanza. Desde que nació, la energía solar ha ido ofreciendo soluciones más abarcadoras y a costes inesperadamente más bajos que los que indicaban las estimaciones. Los avances demuestran que hay que continuar explorando alternativas sin temer a las primeras especulaciones sobre precios y escalas. Hay que probar, equivocarse y continuar analizando posibles combinaciones de fuentes energéticas, porque las energías renovables están demostrando eficiencia en el camino de la descarbonización.
- Incentivar y financiar modelos de negocio y ecosistemas que faciliten el Net Zero. Es necesario un impulso gubernamental coordinado a nivel internacional y una voluntad financiera firme que permitan avanzar en la implementación de soluciones tecnológicas innovadoras. Para ello hay que apoyar el talento y confiar en el ingenio de quienes están dando nuevas pistas en el ámbito económico, en el tecnológico-digital y en la recuperación de la biodiversidad.
- Apoyar la innovación experimental que promueva la velocidad y la escalabilidad de las soluciones Net Zero. Promover la innovación no significa solamente invertir en prototipos comercializables a corto plazo o en soluciones tecnológicas altamente redituables, sino también apostar por la formación en ciencias básicas de los niños, niñas y adolescentes que serán quienes tengan las llaves de la ciencia aplicada en el futuro.
- Explorar la eficiencia de nuevas fuentes de energía como el hidrógeno verde, la fotosíntesis artificial, etcétera. En tanto los plazos sean laxos, el pensamiento especulativo se extiende sin límites y la acción se frena. Mientras haya disponibilidad de combustibles fósiles a precios más asequibles que los de los biocombustibles o el hidrógeno (a los que hay que sumar los costes de la adaptación de las infraestructuras), las decisiones se postergan. Apostar por fuentes de energías limpias conllevará mejoras en su eficiencia, las volverá competitivas y se impondrán a la inercia en el uso de los combustibles fósiles.
- Mejorar la eficiencia energética de la industria, el transporte, etcétera. Hacia el mundo Net Zero, la transición energética implica, necesariamente, una transición de emisiones. Es imperativo, por tanto, investigar en tecnologías de eliminación del CO2 ya emitido y existente en la atmósfera. Habrá que eliminar miles de millones de toneladas de gases de efecto invernadero, hasta lograr reconvertir industrias como la del cemento, para producirlo (u obtener sustitutos) por otros procedimientos. La velocidad de mejora no es rápida: no podemos esperar una revolución, sino un progreso acumulativo. En cuanto al transporte de carga y de larga distancia (que incluye la aviación), la esperanza está puesta en los biocombustibles, el hidrógeno verde y la evolución de las baterías.
- Desarrollar nuevas tecnologías de almacenamiento masivo de energía. El sector de la innovación tecnológica debe conseguir la elaboración de nuevos materiales y establecer procesos que permitan el almacenamiento de energía, y que este sea viable a gran escala y bajo coste. Uno de los focos de esta evolución debe estar puesto permanentemente en la mejora de las baterías.
- Desarrollar políticas de colaboración internacional y de los gobiernos con la industria y consumidores. Es imprescindible la solidaridad entre regiones y países, así como la asunción de responsabilidades por parte de los territorios más contaminantes. Estas políticas deben incluir la creación de incentivos para el crecimiento de los ecosistemas de innovación locales y globales y para que, de esta manera, puedan surgir nuevos modelos de negocio y consumo guiados por el objetivo Net zero. Además, resulta útil (y crucial) el impulso a las plataformas de colaboración con una gobernanza eficaz, para facilitar iniciativas complejas de múltiples partes interesadas. energéticas, porque las energías renovables están demostrando eficiencia en el camino de la descarbonización.
- Elaborar herramientas financieras que potencien las actividades Net Zero. A través del apoyo a las innovaciones Agrifoodtech, que apunten a reducir el consumo de productos de origen animal, también las que promuevan la agricultura regenerativa y o las soluciones waste-to-energy (para producir biogás). Es preciso, asimismo, incentivar la innovación para la captura del CO2 en el suelo y sostener los emprendimientos de innovación en torno al viento y océanos como fuentes de energía.
- Cambiar la narrativa sobre el cambio climático e introducirlo en el sistema educativo. No solo educar en la escuela, sino a través del entretenimiento (videojuegos, series, películas), para promover hábitos sostenibles como la reducción del consumo energético, el uso del transporte público o la contratación de energía verde. Además de certámenes deportivos, podrían crearse otros concursos internacionales de soluciones Net Zero, con equipos multidisciplinares y diversos en cuanto a edad, cultura o procedencia.
- Sensibilizar sobre la necesidad y sentido de urgencia de construir un mundo Net Zero. Las regulaciones adecuadas sostendrán la economía circular, pero las normativas de los gobiernos llegan siempre precedidas de las reivindicaciones que expresan los ciudadanos. Son ellos quienes empujan las tomas de decisiones en las sociedades. De ahí que la sensibilización de la población resulte prioritaria para alcanzar los objetivos de un mundo Net Zero.
Fuente: Recomendaciones publicadas en la edición del Future Trends Forum, celebrado entre el 14 y el 16 de junio de 2022, en Madrid, organizado por la Fundación Innovación Bankinter