Por Juan Uribe
En un cuento de Pedro Mairal encontré esta perlita: hay gente que tiene intolerancia al tiempo real. Es gente que siempre está esperando algo bueno que va a venir después.
Conozco otra gente que permanente añora el pasado. “Cómo a nuestro parecer cualquier tiempo pasado fue mejor”, diría el poeta Jorge Manrique.
No tolerar el presente pensando en el futuro porque suponemos que va a ser mejor o añorar el pasado porque creemos que fue mejor y no vuelve, nos impide disfrutar, nos impide saborear.
La técnica del savoring, introducida por los psicólogos Bryant y Veroff, nos propone ser conscientes de esto. Y también de entender algo esencial: si nos focalizamos en lo positivo del día a día, nuestro bienestar se intensificará.
Saborear el momento, deleitarnos de las cosas sencillas que nos aporta el día a día. Estos son placeres que redundan en nuestro bienestar y que, factores como el estrés, nos impiden apreciar.
Pareciera que las personas avanzamos por nuestra cotidianidad con una venda en los ojos. Hemos desarrollado una capacidad asombrosa para ver problemas donde no los hay, para anticipar preocupaciones para las cuales aún no hay motivo, para añorar el pasado o esperar el futuro.
Yo, saboreo los programas de Luis Mokoroa, un cocinero vasco que transmite sabiduría, cuidado y disfrute cuando prepara sus platos.
Juan Uribe es Consultor Senior en Estrategia-Negocios-Recursos Humanos, Liderazgo, Coaching, Procesos de Transformación, Construcción de equipos. Profesor en los programas Master (MBA y EMBA) de la Universidad de San Andrés. Más de 30 años de trayectoria en dirección y gestión de Recursos Humanos en el ámbito público y privado. EMBA IAE (U. Austral) y Lic. en Economía (UBA).