Por Juan Uribe
Algunos creen en el amor a primera risa. Yo creo que los lugares de trabajo necesitan risas. Según investigaciones de Wharton y del MIT, las risas traen beneficios empresariales. La risa alivia el estrés y el aburrimiento, aumenta el compromiso y el bienestar, y estimula no solo la creatividad sino también la colaboración. Acorta distancias.
Y sin embargo, los adultos estamos, en los ámbitos laborales, «en medio de una sequía de risa». Los bebés se ríen, en promedio, 400 veces al día; las personas mayores de 35 años, sólo 15 veces por día. Un estudio reciente de los datos de Gallup para Estados Unidos encontró que nos reímos mucho menos entre semana que los fines de semana.
El trabajo parece ser un esfuerzo sobrio. O será que confundimos seriedad con solemnidad.
Ahora bien, una distinción: humor no es lo mismo que sarcasmo o ironía. Algunos ven a la ironía como una expresión de inteligencia. El sarcasmo o la ironía, utilizados en situación de poder y autoridad suelen provocar efectos negativos en quienes lo reciben.
El humor es muy potente pero es una delicada danza. Y cuando bailamos solemos mostrar nuestra torpeza.
Juan Uribe es Consultor Senior en Estrategia-Negocios-Recursos Humanos, Liderazgo, Coaching, Procesos de Transformación, Construcción de equipos. Profesor en los programas Master (MBA y EMBA) de la Universidad de San Andrés. Más de 30 años de trayectoria en dirección y gestión de Recursos Humanos en el ámbito público y privado. EMBA IAE (U. Austral) y Lic. en Economía (UBA).